Confundida, pienso en vos, pienso en él...más en vos. Vuelven a mi tus palabras, las repito y analizo. Saco conclusiones extremas e imagino futuros. Todos son imposibles, desde el más lógico hasta el más utópico, todos sufribles.
Estoy enmarañada, mis sentimientos se mezclan y mis fantasía deliran. Todo es culpa mía, mi falta de cariño.
Aquel que me presta 5 minutos de atención es mi nuevo Dios!
No es culpa tuya y tampoco la culpa de él...o si?
La culpa de él por tenerme descuidada o tu culpa por decir esas palabras sencillas...
El hecho de lo prohibido es lo que te hace más deseable.
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