miércoles, 20 de junio de 2007

Vaska

Mi humilde Homenaje a La Vaska!


Tanta joven sangre derramada inútilmente y los cerdos hambrientos urgen en bebersela. Parece que sus ojos desorbitados supieran porque aquella se derramó la vida en llantos de mercurio ardiente.
Parece que olieran la muerte, que se empalagan de olvido, que se deslumbran ante el brillo de aquellos crueles ojos negros.
Mas los puercos nada saben de amor y comen insaciables igualmente la carne podrida de la pobre, que se creyó amada y no fue más que una dulce víctima de aquel vampiro cazador de vírgenes que el alma le asesinó.

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